No somos muchas que podemos lustrar este titulo. No por falta de ganas sino por falta de ganas de los profesionales. Ahora pondré aquí mi historia de parto, pero luego lo voy a redactar, poner más información, más emociones, más de todo, para poder ayudar a todas que buscan un parto vaginal después de dos cesáreas podrán tener lo máximo de información que se puede. Si alguien quiere ayudarme en traducirlo al inglés, sería un gran ayuda, porque lo más difícil durante mi embarazo fue encontrar información sobre el hecho de parir después de DOS cesáreas.
NACIMIENTO DE POPPY
Donde empieza una historia? Si es una historia de un nacimiento, donde quieres explicar bien todo lo pasado y entender tu misma lo complejo que es parir y nacer, en qué momento eliges de poner el comienzo? Desde el día de la rayita del test de embarazo? O en tus partos anteriores? O aun más temprano?
Miro a mi bebecita, que hoy cumple 1 mes, y pienso en el viaje que hemos hecho, yo bien consciente y ella desde dentro animándome.
Había cumplido 40 años. La vida no parecía tener más bebés en espera para mi, estabamos bastante de acuerdo yo y mi marido, ni lo hemos hablado mucho. La economía familiar, mi trabajo como doula, dos nenas ya semigrandes y autónomas (con autónomas quiero decir que te dejan acabar alguna frase de vez en cuando y que no tienes que vigilar cada paso que hacen como tienes que hacer con todo bajo tres años aprox.) y pocos años más de fertilidad no lo veía posible, aunque confieso que siempre he querido tener más que dos hijos (viniendo de una familia grande y caótica, siendo una entre 8 hijos, frutos de varias constelaciones familiares).
Había pedido visita con mi ginecologa, la mejor de todas, Arianna Bonato, para un chequeo anual y para hablar algunos temas relacionados con la sexualidad femenina. Además quería entender mis dos cesáreas anteriores, saber y entender el porqué, conocer mi pelvis, mi canal de parto, conectar una vez para siempre mi cabeza con mi corazón, mi utero y mi vagina. Hacer un quartet bonito para hacer buena musica.
Mi intención no era quedarme embarazada, lo subrayo, firmemente, sólo quería entender algunas cosas relacionadas con mis partos. Lo que no sabía es que ya lo estaba. Embarazada. De 3 - 5 días, o sea, de muy poco. Pero la Poppy ya se estaba instalando. No me preguntes cómo, que es la pregunta de oro, la que no hemos podido responder. La proximidad a la iglesia de Cabrils (compartimos pared), puede ser? Tanta divinidad que nos contagia incluso a nosotros, dos ateos escépticos?
Sigui com sigui, esperando una regla que no vino, teniendo todos los síntomas de estar embarazada, entendí que si todo saliera bien, tendríamos un bebé para el verano de 2014.
Como ya he dicho antes mis dos hijas nacieron por cesárea, según el médico por estar en mala posición, grandes y transversos y con poca posibilidad de cambiar este destino durante un nacimiento (la Junia pesó 4000 y la Gala 4150). Con la Junia dilaté hasta completa y estuve unos 4 a 6 horas en completa antes de tener la cesárea. Con la Gala fue cesarea programada.
Quizá podrían haber nacido por vía vaginal con el apoyo de otra persona, quizá podría haber sido diferente. Pero el “quizá” te puede llevar a pensar tanto que no dedico demasiado tiempo a ello.
Con la Poppy quería intentar ver si podría ser diferente, ya que definitivamente (creo) sería mi último embarazo, parto y nacimiento. Quería un parto vaginal después de dos cesáreas, lo que va bajo la abreviación PVD2C.
En España tenía dos opciones decentes: Parto en casa con Krishinda Powers (o con Raquel Faus pero ella tendría a su bebé en mayo así que era menos probable, aunque la esperanza nunca me deja sin esperanzas, quizá si fuese un parto de día, corto, que ella podría venir con su bebé...) o parto en Hospital de Barcelona con la Arianna Bonato.
Pero soy sueca, y en Suecia me sentiría más en casa y tendría más opciones aún, ya que allí te dan la oportunidad de parir en hospital público, con comadronas, considerado un parto vaginal después de dos cesáreas un parto normal pero con un poquito más de vigilancia. Estaría atendida por comadronas y no tendría que pagar un duro. Además estaría más cerca de mi familia, y me podrian ayudar con mis hijas (6 y 9) ya que el nacimiento caería en medio verano.
Ahora: averiguar lo que podría hacer yo para prepararme físicamente.
Luego la Arianna nos hizo un regalo bien bonito a mi y a Roger, mi marido. Nos regaló 10 sesiones de haptonomía http://www.haptonomie.org/es/ , para mejorar desde el principio la relación entre Roger/yo y la Poppy, entre mi y Roger, y además fue tan agradable que mejoró mucho mi relación con la Arianna, que hasta ahora conocía como una ginecóloga y obstetra estupenda, pero ahora además la he conocido como la gran persona que es en varios sentidos. Y además mejoró muchísimo mi relación con Roger como embarazada, con la Arianna como guía.
Luego tuve que averiguar DÓNDE en Suecia que me gustaría parir. Mi opción número uno era el hospital de Ystad, un hospital pequeño en la costa donde la fundadora del profilaxis sueco, la comadrona Signe Jansson, trabajaba hace ya unos 40 años. El hospital tiene fama por sus partos naturales, son muy pro la respiración como herramienta básica, y el personal pone su energía en dirigirte por un parto sin anestesia. Está a unos 50 minutos de Malmö, donde yo en los mejores de los casos estaría en el momento de empezar el parto. Pero me puse en contacto con varios otros, primero por mail y luego por teléfono, para tener una idea más general sobre su opinión de mi parto, un intento a un parto vaginal después de dos cesáreas.
Lund, Malmö y Helsingborg fueron los hospitales y me trataron bien en todas, me dejaron primero hablar con alguien del equipo de comadronas y al saber mi caso me mandaron siempre a hablar también con un obstetra. En ningún hospital me negaron un parto vaginal y siempre me hablaron con mucho respeto, pero me pusieron más o menos los mismos límites y criterios: tendría que ser un parto que comience por si solo - no se usaría ni oxitocina ni prostaglandina para iniciarlo, el bebé tendría que ser de tamaño normal - más pequeño mejor, el parto tendría que tener un progreso positivo y a un buen ritmo y si había algo o que no se podía escuchar bien el ctg quisieran poner un electrodo scalp para medir el bienestar del bebé y que tendría hasta semana 42 para parir, luego se tendría que ver si programar una cesárea o no.
En Ystad solo me dijeron que todo tendría que ir bastante “by the book” o sea, tendría que ser un parto normal con un progreso normal.
Todo el embarazo fue una maravilla, todo fácil, yo sin dolor ninguna, intentando hacer a la bebé encontrar bien el camino hacia abajo, sin ponerse transversa, sin pesar demasiado (ni yo ni ella), haciendo mucho ejercicio de relajación, de respiración profunda, paseaba a mi perra por la montaña de la serralada del litoral, hice natación, hice yoga prenatal con Monica en el Taller de Ioga de Premia, muy bonito y relajante. Y me hubiese gustado ir más a Barcelona para ir a Mercé en Mamaioga y sus clases preparto de pilates y también a Juliette en Yoga con gracia, pero no me daba tiempo, trabajaba hasta el último mes en acompañar a mujeres como doula (ay si, por dios, os podeis imaginar??!! La doula más gorda de todas, a veces incluso más gorda que la parturienta que acompañaba. Pobre d e la gente que entraron en las salas de parto, deben haber pensado que tenían problemas cn la vista) aprovechando el parto para estar yo también de cuclillas (ahora, lo he hecho tanto que ahora tengo dificil no ponerme en cuclillas y con las rodillas hacia fuera también en mi vida normal sin panxa…).
Me preparé mentalmente leyendo estudios sobre el parto vaginal después de cesarea, entre ellos el estupendo http://midwifethinking.com/2011/02/23/vbac-making-a-mountain-out-of-a-molehill/, También me preparé poniendome en contacto con médicos obstetras y comadronas que investigan el tema, y ventilando mucho mis inquietudes y pensamientos con sobre todo dos profesionales que respeto mucho; la Arianna Bonato que es obstetra en Barcelona y con la Raquel Faus, comadrona. Las dos considero muy sanas y seguras en un ambiente que a veces parece una selva, donde es difícil saber qué creer por las diversas y contradictorias opiniones que hay. El día del parto me quería sentir segura, confiada, y sin dudas. También estuve pensando, meditando y visualizando constantemente el futuro parto de Poppy, siempre en positivo.
Viajamos a Suecia a semana 35 de embarazo, yo y las nenas. Al finales de junio me fui de vacaciones a la costa con mi madre y Junia y Gala, y a esperar a mi marido Roger y luego a la Poppy, en este orden…
Suecia me sonreía: sol y más sol, temperaturas más que agradables.
Roger iba a venir de Barcelona el día 18 de julio, Poppy tenía fecha muy poco probable pero aun así, el 24 de julio. Pero la verdad que me sentía bastante segura a que la Poppy iba a esperar a su padre y si no, pues por algo sería…Hasta que Roger estaba con nosotros no hice nada más que disfrutar de la vida, la playa, las nenas, buena comida y de estar en forma físicamente, paseando, nadando y de cuclillas para ayudar a la Poppy de bajar bien.
Todo fue tal como tendría que salir - Roger llegó a Suecia, estuvimos unos días de vacaciones en la costa sin alarmas, sin contracciones, todo bien. El día 24 fuimos a Malmö al piso a la costa de mi hermana (ella bien instalada en nuestra casa en Cabrils) con las nenas y todavía ni señal de la Poppy.
Al estar Roger, dejé de sólo hacer masaje perineal con el aceite que me mandaron desde Inglaterra, un aceite ajurvedico comprado en la pagina de The Gentle Birth, de la Dr Motha http://www.gentlebirthmethod.com/ y empecé a seguir las instrucciones, un tapon hecho con una gasa y un poco de algodon, impregnado de aceite que se deja en la vagina durante unos 4 horas. El aceite lleva Bala, Dasaoola, Devadaru, Kushta, Shatavari, Tagara, Chandana, Sesame Oil.
Cuando cumplí 41 semanas pedí visita con un ginecólogo para tener un plan B, por si no comenzará nunca...porque llega el día que te sientes como si estarás embarazada para siempre la verdad. Tenía un poco de miedo por la amenaza de cesárea programada ya que no me dejarían probar una inducción, pero no me habían puesto fecha final y no sé hasta qué semana hubiese llegado si no me hubiese puesto de parto.
El medico que me atendí me atendió muy amablemente, acostumbrado ya de su única clienta que voluntariamente quería probar un parto vaginal después de dos cesáreas.
Hicimos un plan a que iría al hospital grande de Malmö donde él trabaja a las 42 semanas para hacer un Hamilton. Y a partir de allí haríamos un plan C. Me sentí tan aliviada, nada de cesarea, nada de planes hostiles, nada de amenazas, tratada como una mujer embarazada normal y corriente.
Jueves, 41+1 semanas, sobre las 19, noto que sale el tapon mucoso. Un buen señal de que algo se está moviendo pero que todavía puede tardar días en comenzar. No dije nada a Roger, ni a nadie. Pero a partir de allí empecé a tener contracciones. Muy leves, más bien como dolor de regla suave. Me empecé a sentir muy tranquila, y muy contenta. Hasta aquí hemos llegado; estamos a Suecia, tengo el derecho de parir en paz, en un sitio famoso por su parto natural, la cuna de la respiración profilaxis, y tengo a Roger a mi lado, y ahora el parto está en marcha. Si ahora al final hay una cesarea por lo que sea, lo acepto. He hecho todo - he cumplido con mi deseo de parir, más no puedo hacer, Y al ponerme de parto elimino el riesgo más grande (el de no ponerme de parto y que las semanas van pasando y con ello que el bebé se hace más grande y que de repente alguien dice PROU, ya basta).
Por la noche miramos una película, Frozen, con la Gala, la Junia está en casa de mi hermana. De repente, sobre las 22.30, escucho un PAAAAM y tengo un golpe hacia abajo, dentro, en mi vagina - como si alguien me daba un golpe duro con algo fuerte. Un grito (mio) AYYYYY y un salto del sofá y el agua sale a TOPE.
La cabeza de Poppy como un tornillo hacia abajo, agua que no deja de salir. La Gala (seis años) me dice cuando vuelvo de lavabo: Mamá, tu panxa ha cambiado de forma! Antes era tan plano arriba que se podía poner allí tu taza de té, ahora ha bajado, ahora se puede esquiar!
Llamamos a mi madre a preguntar por sus preferencias, perra y nena ahora mismo, antes de ir a dormir, o tener el placer de que alguien la despierte a las 4...Vino enseguida a buscar a sus invitadas.
Roger arreglé la casa, yo hice la maletita (la de parto ya tenía preparada ya que es la misma que mi “doula bag”, solo faltaba la ropa para bebé y nosotros, cepillo de dientes etc.) y me puse en la cama para dormir, ya que nunca se sabe cuando comience, ni cuánto duraría...yo vigilo y aprecio mucho mi sueño, siempre. Para un buen resultado de parto - el estado del día es importante.
Pero solo tumbarme comenzaron las contracciones, y desde el principio vinieron cada 2 minutos. No podía entender mi suerte - genial! G.E.N.I.A.L. Cada contracción la recibí con un gran GRACIAS! Habíamos llamado al hospital de Ystad cuando rompí la bolsa y me habían dicho de quedarme en casa hasta tener contracciones regulares, y si no, venir para un control el día siguiente a las 10. Ahora volvimos a llamar, y nos dijeron de venir.
Ay pobre del taxista, pobre pobre del senyor. Una cosa es llevar a una mujer al hospital más próximo (la de Malmö, a 5 minutos) , otra es ir por toda la costa bonita de Suecia para llegar a Ystad, con una mujer con contracciones cada dos minutos (menos mal que no conocía mi historial, con dos cesáreas previas) y un marido que respira con ella cada vez..Todo oscuro, eran las 02 o algo, y nuestro camino se hizo en silencio, escuchando nuestra respiración profunda, casi insonoro pero entre los dos - musica de los suspiros. De vez en cuando la voz de Roger: Siguen cada dos, y duran unos 50 segundos.
Entramos en el hospital y nos recibe la Mari, la misma que había atendido la llamada. Nos lleva a una habitación pero enseguida nos hace cambiar a otra más grande, con una cama grande de matrimonio. Nos instalamos, seguimos respirando, ella lee nuestro plan de parto (lo publicaré al final del relato) y enseña a Roger como me puede ayudar en hacer masajes en la espalda. Probema es que no tengo dolor allí, es todo en el ano, me aprieta la cabeza de la Poppy hacia atrás, hacia el ano, cada contracción es como si me pegan con un martirio. Es interesante esto, la sensación que todo mi parto fue hacia atrás, ya que es lo que habíamos practicado en la haptonomía con la Arianna. Arianna me dijo: Tienes mucho espacio pero necesitas encontrarla, tienes que invitar a tu nena hacia atrás.
Obviamente lo había logrado..quizá un poco demasiado, por mi gusto : )
Hicieron un registro de la Poppy y todo estaba perfecto, y me hicieron un tacto, estaba de unos 4 centímetros, cuello del utero borrado y la bebé bien puesta abajo, encajada dentro del pelvis.
Era todo muy intenso. Las contracciones siguieron intensas y frecuentes, cada 1 o cada 2, nunca más. Me ofrecieron la bañera, y fue el paraíso durante lo que me parecía una hora o algo, en realidad estuve en la bañera unos 25 minutos (según el partograma que me dieron antes de dejar el hospital). Con cada contracción tenía más presión hacia abajo, Roger me ayudaba muchísimo con la respiración. Al respirar conmigo me ayudó a sobrevivir, porque de verdad que hubo un momento de unos segundos en cada contracción que era casi insoportable. Me acuerdo pensar en la bañera: He venido desde España para esto, estoy loca, con lo indoloro que es una cesárea….
Me mentalicé - no pensar más en el dolor sino seguir mi camino, adelante adelante, cada contracción recibirla con gratitud, con agradecimiento.
Empecé a pensar abriiiiiir con cada contracción y visualicé a la Poppy dentro, bajando suave y fluído, camino único hacia la luz, el nacimiento. Puse toda mi energía en la respiración y en estar relajada, hombros, cara, brazos, piernas, culo, cadera...todo bien relajado. Quería irme corriendo de la sala de parto, huir de todo, o por lo menos - por favor - una pausa para recuperar energía. Hubo momentos de todo, dudas de mi capacidad, ganas de tirar la toalla, pero más que nada ganas de parir, de seguir, de mostrar a todos que era posible. En el nombre de todas las mujeres quería parir para una vez más ayudar a cambiar, ayudar a que nos dejen parir en paz. En España ni me dejarían parir, aquí estaba yo, sola con mi marido y una comadrona, pariendo como cualquiera. Al salir de la bañera había dilatado a 9, casi completa. Con contracción la Poppy ya comenzaba a mostrar su cabecita a la comadrona.
Hubo problemas en encontrarla con el ctg, y después de algunas bradicardias la comadrona dijo que se sentiría mejor poniendo un electrodo scalp a la poppy para poder tenerla mejor controlada. Di mi consentimiento y el parto siguió. Empezó a ser difícil encontrar posturas “cómodas”, tenía muchísima presión hacia el ano y no sabía como ponerme. Estuve semitumbada de lado en la cama, con Roger, o en el taburete,pero mejor estaba de pie. Me daba las contracciones más fuertes pero pensé que entonces también sería menos tiempo.
Es raro, acompañar a muchos partos antes de parir tiene sus pros pero también sus contras. Sabes muchas cosas que te ayuda; técnicas, posturas truquillos para llevar el parto hacia adelante. Pero también conoces más los riesgos, obstáculos, lo que puede girar de repente...lo que parece casi acabado acaba en una cesárea 10 horas más tarde...hasta ver el bebé en brazos de la madre nunca doy nada por vencido. Así que me decidí seguir plenamente con mi mantra para no pensar en nada, solo adelante. Mi mantra fue: ADELANTE, ABRIR, TRANQUILO (pero en sueco; “Framåt, Öppna, Lugn”). Y a veces me vino la canción (si, es raro, ya lo sé, pero me ayudaba) The only way is up, Baby! (con la cantante Jazz). Adelante.
Llega un momento que el parto es tan intenso, tan fuerte, tan de todo, que no puedes hacer más que sobrevivir. Tienes que fiar plenamente en la gente alrededor tuyo. Tuve la gran suerte de parir donde parí, y de poder entregarme 100% a dar a luz y no tener que vigilar en ningun mi espalda. La comadrona en algún momento me dijo: Todo va muy bien, va genial, pero ya que es un parto con dos cesáreas previas solo voy a informar al médico del turno que estás aquí, ok? Después de un rato un señor entró, muy discreto (por cierto, todos hacen nock nock en la puerta y preguntan por tu permiso antes de entrar...mmmm), y me dijo; Soy el Dr tal y cual (no me acuerdo), me han dicho que todo va muy bien. Sólo he venido para informar que estoy aquí por si las moscas pero espero no tener que verte más.
Y se fue.
Sobre las 6 y media me entraban unas ganas increíbles de empujar. Mi cuerpo se preparaba como para lanzarse a hacer un salto de 6 metros entre dos montañas con un río 50 metros más abajo, era IRRESISTIBLE. Una fuerza primitiva que te lleva, no podía hacer otra cosa que pensar: Here we go again (y me parece que lo dije también), respirar y aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhrghhhhhhhhhhhhhh…….Un grito de la cueva más profunda. Y noté cada vez como la presión abajo se intensificó.
Por aquí , en algún momento, hemos cambiado de comadrona. Entró la Anita y una auxiliar que me parece que se llamaba Ann-Mari o algo parecido. Fue un buen cambio. Hasta ahora la Mari nos había apoyado con sus: ay que bien que respirais juntos, todo va muy bien adelante, perfecto, siga así.
Pero ahora éramos en otra etapa y era la etapa más temido por mi, ya que había hecho hasta aquí una vez...pero luego era terreno desconocido y además prohibido, imposible, aquí fue mi cesarea! Así que nueva aire, fresca. del día, nos iba muy bien. Anita entró, una comadrona con unos 25 años de experiencia, también había trabajado en parto en casa con todo lo que significa de sabiduría fuera de lo común (si estás a casa tienes que saber más truquillos, claro, ya que no puedes fiar de ninguna intervención de las del hospital). Hasta ahora habíamos cambiado de posturas un par de veces, estábamos entre el taburete y la cama sentada, y ahora otra vez volvimos al taburete con el Roger sentado tras mi, cogiéndome en sus brazos, hablándome en la oreja, guiando la respiración. Tenía a la Anita al suelo, sosteniendo una pierna en la mano para darme más fuerza, y me iba guiando para dar más espacio a la Poppy en el momento de bajar. Me iba guiando la respiracion para no tener un desgarre. Y me iba animando diciendo: Ohhhh que bien que lo haces, pero oooohhh que bien, que valenta, que fuerte que eres. Y si te dicen esto, lo crees. Porque no puedes hacer otra cosa que fiar! Y quieres y necesitas saber que lo estás haciendo muy bien.
En algún momento cuando me dolía mucho me dijo: Ya sé dónde estás ahora, te duele, te quema, piensas que vas a romper en treinta trozos. Pero no va a ser así, porque lo estás haciendo muy bien, y tu bebé es tan chiquitita, tan perfecta para salir de tu vagina, que no te preocupes, lo estás haciendo super.
Nunca me metieron prisa, nunca me amenazaban con acabar si no iba más rápido, nunca me comentaron nada de la frecuencia cardiaca que iba a veces bajando mucho, a veces subiendo mucho. El rol de la comadrona es apoyarme y seguir adelante, si ella no ve señal de peligro verdadero. Veo en el partograma que todo está anotado bien, bradicardias, taquicardias, dudas, CTG que desaperece, que el CTG coje mi pulso en vez de la del bebé..
Me preguntaron si quería tocarla y la toqué como primera persona la toqué a la Poppy. Me preguntaron si quería el espejo para verla y para que el Roger también pudiera verla, y la estuvimos mirando como bajaba, poco a poco. Que milagro, el nacimiento de un bebé. Que bonito y duro e increíble. Que cosa más fisiológicamente superbien hecho!!
A las 07.34 nace la Poppy, la coji yo cuando salí, y la verdad que la sensación de triunfo y satisfacción me daba tanta energía, que era como para poder hacer otro parto, en el mismo instante. Y otro, y otro…
Un viaje tan largo, que en España comenzaba con un:
- “Donde quieres parir?
- Ah (wow, está cambiando, tengo derechos de pensar y de querer algo!! super!), quizá me gustaría parir en San Joan de Deu.
-Pues no va a ser, perteneces a Mataró.
-Ah (ehhh...porque me preguntan? para tener la satisfacción de decir que no tengo elección?).
-Uf, además, aquí veo que tienes dos cesáreas, no parirás, será cesárea programada, claro.
Y todo esto sin mirarme ni una vez en mis ojos. Seguía visitando la comadrona del CAP solo para ver como llevaba ella el tema, como un estudio pequeño antropológico, “minor field study”, jeje. Hay que aprovechar ya que estaba embarazada, como doula no me dejarían nunca entrar si no. Era increíble lo antipática que era (yo nunca entré en debate, nunca dije encontra, solo sonreía y decía aha, ok, aha, vale) y más que una vez pensé: POrque esto es mi tercer bebé y porque tengo mi red de contactos buenos de comadronas y gines, pero si fuese mi primer bebé saldría llorando cada vez de aquí. Collons que ganas de machacar a una embarazada. Nunca me preguntó como estaba, nunca me miraba la cara, ni para saludar, siempre inclinada a su mesa escribiendo o haciendo tiperitoperi en el teclado del ordenador quejándose de lo lento que era.
(tengo otra foto dedicada a ella y todas sus compañeras pero no quiero ensuciar mi relato de parto así que lo voy a hacer a parte)
Pero bueno, no voy a hablar de ella, ni de otras cosas feas. Porque lo vamos a cambiar, oi, a que todo llegue a ser parto respetuoso, no por protocolo sino por ganas, ganas de dar a una mujer la mejor experiencia de su vida, el reto más grande.
Con Poppy en mis brazos, Roger llorando (de emoción pero también de dolor de sus brazos, jajajajaaa) y una tranquilidad en la habitación. El sol ya había salido hace mucho, teníamos cortinas para no tener demasiada luz, pero todo bañaba de luz, de felicidad. Increible.
Y nada de apuros, la Poppy conmigo, nadie la ha tocado, está piel con piel conmigo, mirando con ojos grandes.
Nos traen desayuno, en seguida, el mejor desayuno de mi vida!! Con la bandera de Suecia. Como siempre había soñado!
Me tuvieron que poner tres puntos chiquititos, dos interior y uno exterior. Ni lo noté cuando lo pusieron. Que subidón, por dios. Y me dura todavía, casi un mes y medio después.
Romántico, duro, intenso, increíble. Y la Gala que todavía no puede entender el hecho de que perdí el fin de la película Frozen: Pero mamá, venga, te lo estás perdiendo todo, esta parte es la más chula (yo con agua saliendo entre las piernas, intentando salvar el sofá de mi hermana…). Los niños lo toman todo con tanta tranquilidad todo es normal si lo transmites como algo normal.
Doy las gracias a toda la gente que me apoyaron en nuestro viaje hacia Bebé, un viaje para conseguir un parto vaginal después de dos cesáreas, un PVD2C. Gracias especialmente a las que he mencionado en el texto.
Y un gracias especial a mi marido Roger, que me ha dejado realizar este proyecto tan “raro” y en muchos ojos peligroso, que entiendo que has tenido tus dudas pero NUNCA lo has mostrado.
Y gracias a mi madre y mi hermana Rebecca que me han apoyado también un 100% en realizarlo, ayudando con la logística, con las nenas, con sitio para dormir, en llenar la nevera e invitarnos a cenar, a comer, a vivir..a todo. Fue un lujo pasar las últimas semanas junto con mi familia, por primera vez en un embarazo, y también en el posparto.
Gracias todas/os, estoy eternamente agradecida!
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