lunes, 20 de enero de 2014

Otro padre lanza la voz - la transformación de su mujer en el parto - a un dinosaurio!

Con permiso de un papá como Darth Vader, Carlos, MARE MEVA proudly presents: Su historia de parto, el nacimiento de Mario.

(La historia de Vanessa podeis leer en maremeva.net en historias de parto, http://maremeva.net/entradas/leer/77)


Hace mas de 9 meses mi mujer Vanessa me dijo que quería que su parto fuese natural y en casa. Mi extrema ignorancia hizo que automáticamente  me imaginara las paredes de mi casa forradas de plástico y ensangrentadas a lo “Dexter” y el comedor siendo un baño de sangre…”un parto en casa? Nacerá el pequeño Mario entre mi “Buzz Light year ” de coleccionista y mi colección de bluray?, Diooos!” Pensaba yo.
Pasaron los meses y Vanessa seguía erre que erre con lo del parto natural, sin embargo el tema de parir en casa ya no lo sacó más, consciente de que no solo me horrorizaba aquella idea y me daba un miedo terrible sino que además, el hecho de parir en un hospital rodeados de médicos  me tranquilizaba mucho. Ella respetó ese miedo, así que qué menos que yo respetara su decisión, sueño, ilusión de que fuera parto natural. Yo no lo entendía, y os soy sinceros me cuesta aun a día de hoy entender como en pleno siglo XXI, alguien prefiere un parto con un dolor que debe ser bestial, a parir con mucho menos dolor…pero sabéis una cosa? Era su deseo y yo tenía que apoyarla si o si. Vanessa me ha apoyado siempre, y  en cosas a mi entender más locas que esa, así que era el momento de cogerle de la mano y tener el mejor parto natural posible.
Vanessa y Mario
Sin embargo, enseguida me di cuenta lo complicado que es tener el parto que una madre se imagina. Son tantos factores que influyen, que se escapan de tus manos…Por eso cuando salimos del hospital vi claramente dos cosas: la primera que en los dos hospitales que han nacido mis dos hijos, han habido muchas cosas positivas , pero también muchas otras negativas….ahh, y en pleno siglo XXI. Y es que en aquellos dos partos  no me había sentido arropado entre tantos y tantos médicos como había imaginado, y  en algo tan natural y sabio como es un parto. Es por eso que a día de hoy ya no veo con tan malos ojos el parir en casa, no os digo que no me aterroriza la idea, y que si hay un tercero (que como diría mi amigo Sergio se llamará Elliot no sea que venga “E.T.” y al no haber ningún niño que se llame Elliot se vuelva a su planeta) me negaré en un principio (no se en un final) que el parto sea en nuestro hogar, por este miedo provocado en parte por la sociedad, pero os soy sincero, lo que si tengo claro es que si por lo que sea, el parto fuera en casa, gozaría de muchísima más intimidad, empatía, respeto y cuidado, que los dos anteriores en un hospital, un parto lo más parecido a lo que mi mujer Vanessa y yo queramos, de eso no me cabe la menor duda.
La segunda? Pues capitulo a parte y en mayúsculas  VANESSA. Creo que después de dos semanas de vida del pequeño Mario, hay que admirarla, alabarla, aplaudirla y hacerle un monumento, darle un gran abrazo o llevarle unos cuantos tupers con comida a casa ( Esto último lo puedo decir más alto pero no más claro). Ella quiso un parto natural (a nuestro entender no respetado) y lo tuvo. Ella gritó como nunca, sufrió como nadie, tuvo un desgarro de un montón de puntos que a día de hoy no sabemos cuantos son, ya que no nos lo quisieron decir. Pasó una hora y media en el expulsivo muy dura, y todo eso lo hizo por su pequeño Mario, para gritarle con todo el amor del mundo y sobre todo, de la manera que ella quiso: “Bienvenido Mario, soy la mama!”. Y lo hizo con una valentía, madurez, sentimiento y si me permitís , con un par de huevos. Lo hizo como ella quería y teniendo que aguantar durante 9 meses opiniones de todo tipo, incluyendo la mía.  Pues lo hizo, vamos si lo hizo y eso es fantástico, y estoy tan y tan orgulloso de ella. Por eso cada vez que me pone esa carita en la cama de agotamiento, por eso cuando se duerme en el sofá viendo cualquier cosa en la TV, cuando la veo con sus trucos de lactancia poniendo en practica, cuando veo el amor que nos reparte a los 3 y el positivismo que nos contagia a todos…veo a una guerrera, a una heroína  o como le dijo nuestra amiga Cris Moe después de que Vanessa le contara el parto: “Nena, ets un dinosaure”. Pues si, una mamá dinosaurio que cada día nos da una lección (sin quererlo) de no solo como criar a tus hijos de la mejor manera posible, sino además de como ser simplemente feliz y que ellos también lo sean, y de como diría George Mcfly “Si te lo propones…puedes conseguirlo todo”.

Por eso me siento afortunado, y por eso Marti y Mario también lo son, porqué ellos no tienen una mamá normal como todos los niños, sino que tienen una mamá dinosaurio, y eso amigos míos….es fantástico.
Gracias Carlos, gracias Vanessa! Mi sendero está lleno de acontecimientos de dos días con gente fantastica! Saber como salió todo, con tanto detalle, me ayuda mucho en mi trabajo diario por un parto respetado. Otra vez, gracias. 

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